El cuento de hadas de mi vida..

Hoy es uno de esos días, en los que me encantaría tener una caricia tuya, o tan solo una palabra susurrada, pero no puedo, no debo ni siquiera en pensar en que me acaricias y menos en que me besas, no puedo, no debo hacerlo, me duele hacerlo y me duele pensarlo. Cada noche miro por la ventana, esperando que llegues volando como un ángel caído del cielo, como una estrella fugaz, pero no llegas, no llegas a nuestra cita, sí, esa cita que tenemos cada noche, que desde que te conocí, hemos tenido, no llegas nunca, siempre amanece y tú sigues sin llegar, y mi corazón se sigue muriendo poco a poco, ya ha dejado de latir, aunque si te acercas podrás escucharlo, pero solo si te acercas, no desde la distancia, la distancia que tanto daño me hace, que no me deja dormir, que no me deja vivir.
El día a día se me hace eterno, el no poder ver tu cara, el no poder escucharte, es un sufrimiento para mi, con las ganas que tengo de abrazarte, de decirte que en mi vida tienes un hueco, que te ganaste un pedacito de mi corazón, de mi alma, y es que te lo repito es difícil el día a día, verte y no poder besarte, verte y no poder rozarte.
Mi vida es como un cuento de hadas, pero en el cual no existe príncipe azul, ni carroza encantada, ni nada de nada, es un cuento como otro cualquiera, en el cual la bruja siempre gana, aunque en este caso no haya bruja, solo un sentimiento oculto, lo que yo siento por ti, lo que siento cada vez que te veo, cada vez que hablo contigo, sé que es algo estúpido, pero desde la primera vez que te vi algo extraño sucedió, y desde ahí sigues en mí, no te puedo sacar de mi mente, ni siquiera cuando debería estar pensando en otra cosa, eres una droga, eres una mala influencia para mí, porque por tu culpa, soy feliz, estoy más alegre, siento celos de las personas que te rodean, por tu culpa, y tan solo por ser el príncipe del cuento de hadas de mi vida.
Que mágico seria tener una carroza encantada, que mágico seria tener una hada madrina, la verdad estaría muy bien tenerlos, pero... ¿Para qué tener todas esas cosas, si no te tengo a ti? Al principal personaje de mi vida, a ti, ese príncipe azul en el cuento de hadas de mi vida.